Tecnología
Aeroespacial en la viticultura
Esta tecnología usada para el monitoreo a grandes distancias, nos permite tener una visión más amplia de como usar los avances en pro de la cultura vitivinícola, así como el hombre dio un gran paso para la humanidad al ir al espacio, los vinos harán lo mismo.
Te contaremos de que consta este método...
Desde que la Unión Soviética lanzara al espacio el primer
satélite artificial de la historia en 1957, estos aparatos han permitido al
hombre predecir el clima con mayor precisión, retransmitir imágenes en directo
a grandes distancias, observar los confines del universo visible, y también
elaborar mejor vino. Miles
de estos dispositivos de captación y transmisión de señales llevan 30 años
dando vueltas a la Tierra con la misión de vigilar que los racimos de uvas crezcan
sanos.
Así los productores de vino pueden monitorizar el crecimiento
de sus viñas y tomar decisiones sobre sus cosechas sin necesidad de estar junto
a ellas. Ese es el caso de la
bodega Conde de Villaseñor que desde Monterrey monitoriza sus campos de cultivo
en La Rioja. Esta tecnología permite, a través de las fotografías que se
reciben gracias a los satélites, determinar la temperatura de las vides y tomar
decisiones por ejemplo, sobre el riego que se necesita en ciertas áreas de los
viñedos.
Los satélites ópticos son los encargados de llevar a
cabo estas tareas de vigilancia. Están situados a unos 700 kilómetros de altura
y tardan hora y media en dar una vuelta a la Tierra. Constan de los mismos
elementos que los demás satélites, un vehículo espacial, paneles solares,
antenas y un compartimento para el combustible de los propulsores, pero
incluyen una cámara que toma imágenes en color y en blanco y negro, infrarrojos
y sensores que captan diferentes rangos espectrales.
La teledetección ayuda a optimizar, entre otras cosas, la
cantidad de agua y fertilizantes que necesitan los cultivos o señalar el mejor
momento para cosechar. Es lo que se conoce como agricultura de precisión. “La
ventaja de los satélites es que permiten monitorizar zonas muy grandes, capturan
imágenes hiperespectrales que permiten observar aspectos no visibles en una
fotografía normal como la concentración de clorofila y realizar instantáneas
térmicas que revelen información sobre estado hídrico de la vegetación” explica
Javier Tardáguila, profesor de Viticultura de la Universidad de la Rioja.
fuentes:
http://elpais.com/m/tecnologia/2015/12/03/actualidad/1449159139_700176.html
revisado por última vez 15 de febrero de 2016
Realizado por:
Custodio Acevedo Claudia Charlenn
Ibarra Bermúdez Teresa de Jesús
Nolasco Santiago Isaí
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