La Sensualidad del vino es como la sensualidad latina

“La Sensualidad del vino
es como la sensualidad latina”

Antes que todo debemos saber: ¿Qué es la sensualidad?, la sensualidad hace referencia al disfrute de las sensaciones, medimos la sensualidad con todos nuestros sentidos, el gusto, el tacto, el olfato, la vista y el oído. Ninguno es más importante que otro, todos se relacionan y te llevan a la apreciación subjetiva que todos formamos.

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Entonces si nos hablan de sensualidad no hay nadie como los latinos, los latinos son expertos en el análisis sensorial y se les reconoce por ser muy emocionales y aprensivos.

Si dudas de ello, unos de los tantos ejemplos se encuentran en el baile, en Argentina por ejemplo, el baile preferido es el tango, un baile muy emocional que entrelaza los cuerpos de la pareja y juntos se vuelven uno.  En Uruguay se baila la milonga, la base es el cortejo y la seducción, un baile que experimenta el amor. Los chilenos bailan la cueca, ésta nuevamente involucra el cortejo, con una profusa alegría por estar junto a esa persona especial. En México está el jarabe tapatío que mide tu galantería y la felicidad y por último el flamenco español, impulsivo, fuerte, completamente enérgico y cargado de sentimiento. 

En cada uno de éstos bailes que los latinos llevan dentro, se encuentra un análisis profundo a partir de los sentidos, ninguno se queda fuera y les lleva a tener gente que goza de la sensualidad.

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Pero…. ¿Qué tiene esto que ver con el vino?, el vino no es una bebida simple, el vino merece respeto y requiere de un análisis profundo, desde el oído, cómo suena al descorcharlo, la vista para notar los detalles de su color, el olfato para apreciar sus aromas, el tacto, que se nota en cuanto toca los labios, el gusto cuando pasa por toda nuestra boca y nos permite saborearlo.

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Es por eso que el vino está lleno de sensualidad, y el fin es utilizar cada sentido para encontrar el vino que más nos agrade.

Hace tiempo, estaba leyendo sobre el flavorímetro, un aparato diseñado para detectar los aromas y sabores presentes en los vinos, tiene un sistema olfativo, gustativo y neuronal, creado con el fin de encontrar los mejores vinos.  (Guzman,2007)

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Pero realmente es una idea absurda, es como si nos dijeran que una pintura es bonita y tú debieras de creer que es bonita sólo porque una máquina lo dice, eso es una pérdida de tiempo, el vino será bueno o malo no porque una máquina lo diga, lo será por el efecto que se produce en cada persona individualmente.

Por supuesto que existen gustos generales, pero todo tiene que ver con la época en la que se vive, el lugar en dónde se vive, las creencias, las necesidades y un resto de factores que alteran el sentimiento al tomarlo.

Al vino hay que dejarle ser sensual, el vino es rebelde, el vino no puede tener ataduras, el vino debe ser como la sensualidad latina, libre y muy expresivo, sólo así podremos inculcar la cultura vitivinícola en más países, llegar a más regiones, dejar que fluya como el tango y que sea enérgico como el flamenco, que resalte por sus propias cualidades.

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Escrito por:

Ángeles Trejo Orlando Javier
Azuara Calderón Yolanda
Mendoza Burgos Ricardo Daniel
Pacheco Villanueva Karla Leticia

Bibliografía

Guzman Peredo, M. (16 de Abril de 2007). A fuego lento. Recuperado el 15 de Febrero de 2016, de http://www.afuegolento.com/noticias/131/firmas/mguzman/4848/la-sensualidad-en-el-vino