lunes, 29 de febrero de 2016

¿¿Nariz electrónica?? descubre de que se trata!!!!

Tecnologías avanzadas para la producción del vino


Un sector tradicional como el vitivinícola también puede beneficiarse de las tecnologías y la investigación más recientes. 

Un ejemplo avanzado de lo que pueden suponer los nuevos sistemas es la experiencia piloto que se ha creado en el marco del proyecto europeo GoodFood, dedicado al desarrollo de microsistemas para la calidad y seguridad alimentaria en diversos ámbitos. Se trata de unas viñas situadas en Montepaldi, a 20 kilómetros al sur de Florencia, para las que se ha creado un «entorno inteligente». Esta viña ha sido, en palabras de los investigadores, «sembrada» de sensores. Eso supone una red considerable de dispositivos que controlan diversas variables. Hay sensores para controlar el crecimiento de las plantas, sensores en el suelo y a diferentes profundidades para controlar la humedad y la temperatura, sensores para controlar la luz. Los dispositivos están conectados a través de una red inalámbrica al centro de control. Y, dado que debe funcionar de forma autónoma, el sistema ha sido dotado de una placa solar que suministra la energía suficiente. El sistema permite seguir en tiempo real si la viña sufre estrés hídrico y conviene regar alguna zona en especial, el momento óptimo para vendimiar o si hay riesgo de ataques por parte de hongos y conviene fumigar.

 
Otro ejemplo de tecnología aplicada a la producción del vino es un sistema de análisis en continuo de la evolución del vino que se está desarrollando en el Instituto de Física Aplicada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Politécnica de Madrid. El sistema une sensores químicos que reaccionan a la presencia de aromas y cambian su resistencia eléctrica, con un sistema informático, basado en una red neuronal, capaz de identificar las variables significativas de los aromas del vino y reconocer patrones. El prototipo, que ha sido probado en el centro de investigación IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario) para evaluar dos tipos de vino, ha conseguido resultados notables.



«La correlación entre los sensores y un panel sensorial humano es de alrededor del 86%», explica Jesús Lozano, investigador del CSIC.

Las ventajas de un sistema como este no es sólo que no se necesita sacar muestras, explica, sino que frente a los sistemas actuales de análisis de aromas, basados en cromatografía de gases, la nariz electrónica es más barata, más pequeña y no necesita a un experto detrás.





Ibarra Bermudez Teresa
Nolasco Santiago Isaí
Custodio Acevedo Claudia

fuente:
http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2006/03/08/22720.php 


Share:

2 comentarios :

  1. Muy intetesante, habra que estar al pendiente de estas teclologias aplicadas en Chile, Argentina o Brasil.


    De llamar la atencion tambien el concepto "seguridad alimentaria" mismo que no entiendo ¿a que se refiete?

    ResponderEliminar
  2. Muy intetesante, habra que estar al pendiente de estas teclologias aplicadas en Chile, Argentina o Brasil.


    De llamar la atencion tambien el concepto "seguridad alimentaria" mismo que no entiendo ¿a que se refiete?

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

Archivo